Los vehículos de guiado automático o AGV son un tipo de equipos de manipulación de materiales que se mueven de forma automatizada, es decir, sin la necesidad de un operario.
Las ventajas de la escalabilidad y de incrementar la eficiencia hace de los sistemas AGV una opción muy atractiva para los entornos de producción industrial. Con un conjunto de sistemas de navegación disponibles como escáneres, sensores y seguimiento en línea, el mercado de vehículos de guiado automático de todas las tallas y tamaños nunca ha sido más fuerte.
A pesar del aumento del interés en AGV, existen muchas ideas erróneas sobre sus características y diseño, desde la facilidad de implementación hasta el coste percibido y retorno de inversión.
En este blog vamos a ver algunas de las ideas erróneas más comunes sobre los vehículos de guiado automático.
1. Coste de compra y ROI: “Un sistema AGV es demasiado caro”
Como cualquier equipo, los AGVs son una inversión, y considerando la tecnología necesaria, son más costosos que sus alternativas peatonales.
Mucha gente percibe los AGV como una inversión de coste elevado con un retorno de inversión difícil de medir. Un sistema AGV quizás parezca una inversión considerable por adelantado, pero generalmente ofrecen un retorno mayur que que otros sistemas tradicionales de manipulación. Una operación autónoma 24/7 te permite conseguir rápidamente un ahorro considerable en costes operativos y reducir fallos humanos.
Merece la pena tener en mente que la velocidad a la que se percibe este retorno depende enormemente de los procesos y aplicaciones en las que se implementen los AGV. Por ejemplo, aquellas aplicaciones que requieren movimientos frecuentes o tareas intensivas previas normalmente observan un retorno más rápido.